El Alcoholismo es la adicción al alcohol que, pese a tratarse de una sustancia legal, puede llegar a ser mortal con un único consumo o con el paso del tiempo como cualquier otra droga ilegal.

Las personas que sufren esta enfermedad saben que no es una circunstancia puntual, sino que se vuelve un problema crónico, especialmente de riesgo en el caso de los jóvenes.

Según la OMS, el alcoholismo se define como “toda forma de embriaguez que excede el consumo alimenticio tradicional y corriente o que sobrepasa los linderos de las costumbres sociales…”. Una definición quizás algo forma para identificar una enfermedad en la que la necesidad de consumir alcohol excede el límite de la salud humana y ocasiona grandes problemas en el organismo.

¿Cómo surge el alcoholismo?

Normalmente, la forma en la que una persona se vuelve adicta al alcohol no es diferente a la que lo hace con otras sustancias nocivas. Primero se consume en pequeñas cantidades y muy esporádicas y la sensación de bienestar artificial que se obtiene es la motivación perfecta para seguir consumiendo de forma más frecuente o abusiva.




Se cree que hay una predisposición genética en las personas, pero también es cierto que, algunos estados anímicos negativos y la poca confianza en uno mismo, ayudan a que ese consumo puntual se vuelva adictivo. También pueden motivarlos a beber las relaciones personales tormentosas, la ansiedad y la depresión.

Una de las causas más evidentes de la adicción al alcohol es la dependencia física que genera. No se trata de un consumo social como algunos lo han clasificado, sino de una dependencia que el mismo organismo genera y reclama al adicto beber cada vez con más frecuencia.

Se manifiesta a través de diferentes síntomas durante la abstinencia y éstos hacen que el afectado desee volver a tomar alcohol para aliviarlos.

¿Qué síntomas o signos nos alertan del alcoholismo?

El alcoholismo es una enfermedad peligrosa y para saber cómo detectarlo hay que conocer los síntomas que produce el abuso de bebida alcohólica.

La mayoría de los signos que pueden alarmar a los familiares o amigos del paciente se manifiestan en las fases de abstinencia, dado que el organismo reclama sin control el consumo.

En el caso de los adolescentes, aunque puede aplicarse a los adultos también, son determinantes las conductas violentas, la pérdida del autocontrol o de la consciencia y el descenso en el rendimiento académico. Principalmente, los daños en el sistema nervioso (temblores o problemas de memora y de coordinación) pueden ser indicativos de la adicción.

No obstante, a largo plazo son mucho peores sus efectos y, en determinadas fases, son prácticamente incurables.

¿Cuáles son las consecuencias del alcoholismo?

El alcoholismo se ha relacionado desde el inicio con los daños producidos en el hígado. No es una concepción equivocada, dado que uno de los efectos más peligrosos de la ingesta de alcohol están ubicados en este órgano.

Los daños hepáticos se suman a otros problemas en el páncreas, la vesícula y el riñón. También es destacable la hipertensión que puede derivar en enfermedades graves de corazón y la posibilidad de sufrir cáncer en diferentes partes del aparato digestivo. Finalmente, la depresión que se produce puede llevar al adicto al suicidio.




Por otra parte, en el caso de las mujeres embarazadas, el riesgo para el feto es total ya que hablamos de posibilidades reales de aborto o de otras malformaciones que determinarán su crecimiento. Los problemas en el feto van, desde un peso bajo al nacer hasta dificultades graves de aprendizaje.

Además, no sólo se trata de enfermedades que puedan presentarse en el adicto o en sus futuros hijos, también son consecuencia del alcohol diferentes accidentes de tráfico y accidentes laborales. Por tanto, el peligro es también para el entorno más cercano al adicto y para cualquier que pueda cruzarse con él en un momento desafortunado.

Al final, si el adicto no es capaz de ver estas consecuencias y saber que su consumo de alcohol no es nada adecuado, no será posible su recuperación.

¿Dónde tratar el alcoholismo?

Para llevar a cabo la desintoxicación y los programas de rehabilitación es esencial acudir a clínicas especializadas en el tratamiento del alcoholismo.

Siempre comienza por el reconocimiento del problema, pero a partir de ahí también surgen terapias de soporte y seguimiento que pretenden crear un estado anímico positivo y real en las personas afectadas. Además, los tratamientos incluyen fármacos contra los efectos de la abstinencia como tranquilizantes y sedantes que son recetados con un control estricto.

Dada la complejidad del proceso es necesaria la intervención de un equipo profesional que contribuya a desaparecer ese abuso excesivo.

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Artículos académicos (fuentes):